Mostrando entradas con la etiqueta arquitectura doméstica popular. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta arquitectura doméstica popular. Mostrar todas las entradas

29 de octubre de 2010

El edificio de la calle Escuderos 12

 

croquis portal

En 1994 nació mi hijo mayor, Horacio, hasta ese momento trabajaba en casa, pero un día mi colaboradora habitual me contó que una amiga de una agencia de publicidad subalquilaba una parte importante de lo que había sido su oficina. Esta se ubicaba en el bajo de un edificio con patio del siglo XV, el acuerdo fue inmediato y trasladamos el estudio allí. Al poco tiempo se desocupó un piso en la 1º planta más espacioso y luminoso y llegamos a un nuevo acuerdo con la casera. El edificio está ubicado en la calle Escuderos, muy estrecha, que a pocos metros desemboca en la Plaza Mayor. En el edificio de enfrente existió en época anterior a los Reyes Católicos una de las sinagogas de Segovia. Por lo que es de presumir que esta casa fuera  de algún noble judío.

Ya en 1995 Pilar ( la casera) se acercó una mañana por el estudio para consultarnos la manera de recuperar algunas dependencias de los bajos del edificio que estaban sin uso desde hacía años: un local que había sido una pescadería, unos trasteros bajos que funcionaron como almacén de la pescadería y que estaba en mal estado, a su vez el acceso a la finca se hacía por la calle Escuderos, pero por un pasillo con una puerta a la calle, practicada ex profeso para dar lugar a la pescadería. También en los sótanos de la casa y con acceso desde el patio porticado, existen unos aljibes reutilizados como comedor de un buen y económico restaurante segoviano , la cueva de San Esteban , Lucio su propietario una persona afable y cálida. Lo cierto es que Pilar quería aggiornar su casa que lentamente acusaba deterioros, pero quería hacerlo con poco dinero. Después de recopilar datos históricos la convencimos que las obras que necesitaba el edificio básicamente eran  la rehabilitación de la cubierta del volumen anterior que da a la calle Escuderos, la recuperación de ese local que había sido pescadería como el verdadero portal de la casa ( cosa que había sido), eliminando el pasillo y reconstruyendo el paso original. También la fachada necesitaba una renovación total, estaba pintada desde hacía muchísimos años pero la suciedad , la humedad y ciertos desprendimientos del revoco la estaban estropeando del todo. Otras obras en el patio de restauración menor deberían ser incorporadas.

Hicimos el proyecto ( la teoría). Conseguimos una buena subvención de Cultura y Patrimonio de la Junta de Castilla y León , la licencia de obras y un constructor dispuesto a empezar.

La obra que acometimos primero fue la cubierta, aprovechando el buen tiempo. Al descubrir  sus tripas encontramos que la configuración de las habitaciones que cubría no era la original y que toda esa crujía había sido una habitación única y probablemente con un artesonado ya desaparecido, quedaban sólo algunas vigas originales en buen estado semejantes a algunas que están en dependencias de la Catedral de Segovia.

Continuamos luego con la reconstrucción del portal, derribando un tabique que separaba el pasillo de acceso al edificio con el local. A partir de ese momento la obra fue más quitar que poner ( aunque se repusieron o reinterpretaron elementos perdidos). Todos los días íbamos descubriendo elementos texturas, aparecieron los aparejos de ladrillo mudéjar, un hermoso tabique de entramado de madera y piedra, ventanas tapiadas, etc. Pero lo más interesante sucedió un día que Emilio ( personaje singular, ya volveré sobre él) el albañil, estaba realizando una renovación de los desagües del edificio y al picar un poco más profundo, la piqueta se le fue de las manos y desapareció tras el boquete abierto, cayó al agua. Sí  habíamos descubierto algo oculto. Inmediatamente nos dirigimos a una habitación en la que los peones estaban excavando para recuperar un poco de altura del local, e indiqué que escavaran junto al muro paralelo a la medianera y que era el límite con el portal, buscando a ciegas un acceso . A las dos horas una hermosa escalera de 5 peldaños altos moldeados en la roca caliza ( que es el sustrato de toda la ciudad amurallada) bajaban hacia una abertura tapiada, la entrada que buscábamos. La abrimos y una hermosa bóveda sostenía el suelo del portal, estaba con 50 cm de agua y cieno, provenientes de una avería del sistema de alcantarillado público. Tras gestiones en el Ayuntamiento se repararon las averías y en esa obra apareció un elemento,  disgregado, para mi valioso , una piedra labrada que servía para dar la cuota de agua correspondiente a la casa en la época, que discurría por allí uno de los ramales de agua que bajan hasta el Alcázar de Segovia y que proviene de las arquetas del Acueducto romano.

El aljibe formaba parte del sistema de recogida de aguas del edificio , ya que en el patio porticado existe un brocal seguramente medieval para agua de lluvia. este otro, el que descubrimos, se servía de agua del Acueducto.

La obra de restauración del aljibe no estaba prevista y no entraba en los presupuestos ahora, informamos a Cultura ,a su servicio de arqueología, ( hoy encumbrado delegado de la Junta en Segovia) con un dosier fotográfico y planos, que recibieron con beneplácito pero que nunca se dignaron conocer el hallazgo.  Lo que para nosotros excitaba nuestra sensibilidad ( a mi por venir del otro lado del Atlántico y haber estudiado la historia europea en los libros, y a Emilio y los otros albañiles quizá por amor a su profesión y por conocer la historia de su tierra) a los funcionarios parece que poco les interesó o por lo menos pasó a engrosar la pila de expedientes.

Mientras  finalizábamos la rehabilitación del portal acometimos la fachada, otra tarea de quitar en lugar de poner. La ventana que preveíamos en el lugar que ocupaba el acceso anterior debió resignarse, porque era necesario generar una ventilación del aljibe inferior, que evitara la formación de gases mientras no se utilizase. Oculto en la fachada apareció la plaquita de cerámica del número de la finca que fue restaurada y puesta en su lugar, desapareció el letrero de la pescadería y se rehicieron los revocos con mortero de cal y arena a la manera tradicional. Se mantuvo la puerta del local comercial por estar en buen estado y sólo la pintamos. La cornisa estaba revocada y pintada pero decidimos descubrir su fábrica de ladrillo de tejar .

Otras obras en el interior del patio consistieron en la reparación del emborrillado  y los bordillos del patio, también fábricas de ladrillo deterioradas por la humedad del aljibe, fueron restauradas. La escalera de madera fue reforzada en su estructura y los muros del patio así como los entramados de madera vista, fueron tratados con pinturas adecuadas, y que catorce años después conservan sus paramentos muy dignos.

Emilio el albañil trabajaba para la empresa que comenzó las obras, pero, al ir terminando el portal, el mal manejo del dinero por parte de los empresarios les obligó a dejar la obra y cesar a sus trabajadores. Pero Emilio, trabajador valioso, consiguió empleo en una empresa de restauraciones y rehabilitaciones y fue él, el que trajo al nuevo contratista para terminar las obras. Por las mañanas cuando Emilio estaba trabajando en el patio, yo abría el balcón silenciosamente, y así podía escuchar su melodiosa voz cantando canciones castellanas o coplas que para mi eran casi desconocidas, pero que formaban parte de su acervo popular. Años después me sorprendí gratamente al encontrarlo cantando en un coro de la ciudad.

En el estudio de la 1º planta trabajé unos cuantos años más hasta principios del 2001. Bastantes proyectos se desarrollaron allí, entre ellos la casa de la calle Juan Bravo ( ya publicada en este blog). Hasta tuve mi laboratorio fotográfico en un pequeño y estrecho trastero. Compartí un tiempo el despacho con un buen amigo y abogado, José Miguel.

Todos los días, por la mañana, al entrar por el portal, recorría con paso lento el patio porticado hasta llegar a la escalera que me llevaba al estudio, incluso los días de lluvia o nieve con sus detalles transformados admirando su clima que había trascendido el paso del tiempo.

Cada vez que paso por esa calle, si la puerta está abierta, entro un ratito, y entre los ecos de voces, miro hacia el cielo y en la 1º planta detrás de los visillos entreabiertos creo ver los planos de algún proyecto enchinchados en una pared.

 

FICHA Y FOTOGRAFÍAS

4 de septiembre de 2010

Una casa para que jueguen los niños

 

luz 01

Llevaban unos años detrás de la casa que Justo estaba rehabilitando.

Cuando entré allí por primera vez, tuve una buena sensación, una casa de arquitectura popular que se había conservado bastante bien, gracias a una intervención  respetuosa con su esencia.

Sin embargo la casa tenía un aire de tristeza, quizá porque no estaba terminada y de las paredes emanaba un color  avainillado que daba esa impresión de tristeza.

Raúl y Pilar habían soñado vivir en esa casa juntos, pero las circunstancias de su vida habían cambiado(la separación de la pareja) y la casa sería la casa de Raúl, donde jugaran los niños.

Pensé entonces que lo más sencillo y eficaz en ese momento era intervenir en el color de la vivienda, adecuarlo a las circunstancias de vida de Raúl y sus hijos.

El color tenía que vibrar con la casa y con sus habitantes,en sintonía con todo el amor necesario que se desplegaría en esta nueva etapa.

El trabajo en esta casa ha sido para mi una experiencia nueva diría, por un lado he sentido libertad para proponer y por otro lado sentía que la propia casa me invitaba a implicarme en su transformación.

Trabajar para un amigo es muy difícil, pero a su vez muy reconfortante. Hemos compartido muchos momentos juntos en esta casa, de trabajo , de reflexión, de juego, de íntima amistad junto al fuego. Algo de lo que estoy agradecido.

Nuevos proyectos han nacido en ella, proyectos de transformación y de una mayor toma de conciencia.

Quizá la luz , el color , el fuego, la madera, la piedra, la tierra, sus materiales nobles, su historia pasada, sus antiguos moradores, hayan  confluido aportando una nueva forma de energía, ayudando a la vida.

 

FICHA Y FOTOGRAFÍAS

 

ENLACES RELACIONADOS

Lluviacaballo

La Casa en la que juegan los niños

Queridos hijos

23 de agosto de 2010

Un local en la Alhama hebrea de Segovia

 

DSCN0445

  san esteban del valle

Hacía poco tiempo que conocía a Leda y Ángel, casi por casualidad coincidimos a la salida del colegio de nuestros hijos. Ellos se habían instalado en Segovia para dar un giro a sus vidas. Llevaban años viviendo en San Esteban del Valle, él medico rural y ella profesora de yoga. Provienen los dos de distintos exilios, ella, de origen judío - ruso emigró a Israel desde Buenos Aires y años después de allí a España. Él desde Madrid, buscando una vida en sintonía con la naturaleza. Pero los hijos y cierta nostalgia de la vida urbana los llevaron a emigrar a Segovia.

En el invierno de 2005, compraron este pequeño local ubicado en la “judería de Segovia”, pertenecía a una edificación mayor seguramente a la casa de alguna familia judía, allá por el siglo XV. Hacía pocos años el arquitecto Juan Luis Pita Macías, había rehabilitado todo el edificio a salvo de este pequeño local, que alberga casi en secreto el aljibe, que antiguamente recogía el agua de lluvia y probablemente de algún ramal del acueducto.

Ángel encontró al albañil Yahya, de origen marroquí y el encuentro de culturas produjo la obra de rehabilitación.

 

FICHA Y FOTOGRAFIAS

 
 

4 de agosto de 2010

Rehabilitación del edificio de la calle Juan Bravo, Segovia.

escanear0011
foto edificio 1995
Este encargo es de los primeros años de mi llegada a España, ya en 1994 empecé con los  bocetos y estudios preliminares, que en un proceso mas largo nos llevaría a la rehabilitación integral del edificio. En 1999 redactamos el proyecto de ejecución y tras dos años de licencias y permisos comenzamos la obra.
Es un edificio originario de los siglos XV–XVI de arquitectura doméstica popular, de estructura de muros de carga mixtos de fábrica de ladrillo y entramados de madera , con forjados de madera y cubierta de teja árabe.
Las previsiones del proyecto, se cumplieron en parte. Los elementos estructurales del edificio presentaban un deterioro superior al inicialmente detectado, por lo que las obras se prolongaron en el tiempo, revisando las sustituciones de elementos estructurales. Durante las obras se realizaron trabajos arqueológicos para redefinir los asientos estructurales, se descubrieron durante las mismas , fábricas de ladrillo enterradas, que configuran actualmente los muros principales del edificio, y  un artesonado decorado, probablemente del S. XV que fue restaurado en su totalidad.
Las obras finalizaron en la primavera de 2007.
                                                               
                 Ficha y Fotografía


Ayer cuando publiqué esta entrada, me quedé pensando en agregar algo que haga mas personal y menos técnica la publicación y podría ser algo como el relato interior de la historia.
Aquí va: La Casa de la calle Juan Bravo.